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Inteligencia Natural

La IA (Inteligencia Artificial) no puede superar a la Inteligencia Natural. Puede ser más rápida y manejar más información, pero de momento está muy lejos de tener “alma” capaz de transmitir emociones.

La arquitectura de una máquina dotada de inteligencia artificial tiene una serie de puertos de entrada y salida de datos que se pueden identificar fácilmente, mientras que en el cerebro humano cada subestructura puede ser a la vez receptora y emisora de información.

El funcionamiento de una máquina se basa en la distinción entre el canal por el que viajan los datos (hardware) y la información propiamente dicha, mientras que en el cerebro no existe esa distinción, sino que los datos son cambios materiales que determinan la fuerza de atracción entre las neuronas.

Los datos con los que trabaja el cerebro no se pueden almacenar como en una máquina, sino que se modifican cada vez que se recuerdan, lo que implica que la memoria humana es más flexible y creativa, pero también más propensa a los errores y las distorsiones.

El contexto es muy importante para el cerebro humano, que se adapta a cada situación única y utiliza diferentes tipos de inteligencia (lógica, emocional, social, etc.), mientras que una máquina tiene más dificultades para entender el significado y la intención de las palabras y las acciones humanas.

La multitarea es otra ventaja de la inteligencia humana, que puede realizar varios roles y funciones simultáneamente, mientras que la inteligencia artificial suele estar especializada en una sola tarea o dominio.

La IA utiliza algoritmos de aprendizaje automático que aprenden de los datos existentes y pueden llegar a crear nuevas variaciones en forma de historias, canciones, poemas o incluso imágenes.

La Inteligencia Natural trabaja con patrones mentales, la razón y la intuición.

Los patrones mentales son estructuras de pensamiento que se repiten a lo largo del tiempo y que influyen en nuestra forma de interpretar y actuar en el mundo. Se forman a partir de nuestras experiencias, aprendizajes, creencias, valores, emociones y sensaciones, y se almacenan en nuestro cerebro como circuitos neuronales.

La razón es la facultad del ser humano de pensar, reflexionar y formar juicios sobre la realidad, usando la lógica y el razonamiento. La razón nos permite analizar, deducir, inducir, abducir o crear conceptos, argumentos y principios.

La intuición es la capacidad de comprender o conocer algo de forma inmediata, sin necesidad de razonar o deducir. Es un tipo de conocimiento que se basa en la percepción inconsciente del entorno, la experiencia previa o el sentido común. La intuición se manifiesta como una sensación interna, un presentimiento o una corazonada que nos guía hacia una respuesta o una acción sin que podamos explicar cómo llegamos a ella.

La Inteligencia Natural es capaz de crear arte. El arte es una forma de expresión creativa que realizan los seres humanos, mediante la cual pueden comunicar sus sentimientos, emociones, percepciones y vivencias, usando diversos recursos lingüísticos, plásticos y sonoros. El arte tiene una finalidad estética, es decir, busca producir belleza, conmover, generar reflexiones o provocar reacciones en el espectador. El arte también tiene una dimensión cultural, ya que refleja la visión del mundo, los valores y las tradiciones de una sociedad o de un individuo. El arte se manifiesta a través de diferentes disciplinas o géneros, como la pintura, la escultura, la literatura, la música, la danza, el cine, el teatro, la fotografía, etc. Cada una de estas disciplinas tiene sus propias técnicas, estilos y elementos.

El arte ha existido desde la prehistoria y ha evolucionado a lo largo de la historia, adaptándose a los cambios sociales, culturales y tecnológicos. El arte es una forma de conocimiento que nos permite apreciar la diversidad y la riqueza de la expresión humana.