Resiliencia es un término de la física de resistencia de materiales que define la capacidad de algunos objetos de volver a su situación inicial después de deformarse al serle aplicada una fuerza. Un ejemplo sería la recuperación de un muelle después de presionarlo y soltar. Este concepto fue introducido en psicología, como una metáfora, por Boris Cyrulnik, neurólogo, psiquiatra, psicoanalista y etólogo francés quien en 1996 desarrolló el concepto de resiliencia como un renacer del sufrimiento al que han sido sometidas algunas personas en determinadas circunstancias. Esto es aplicable a las situaciones de estrés y ansiedad que se producen cuando vemos peligrar nuestro trabajo.
La actual realidad de restricciones y prohibiciones, provocadas por la pandemia del Covid-19, está generando una notable reducción de la actividad económica con la quiebra de muchos negocios expuestos a las limitaciones impuestas por los diferentes gobiernos. Vemos reducidos nuestros ingresos, se ensombrece el futuro, las expectativas y las ilusiones.
La incertidumbre hace estragos y entramos en un estado de estrés y ansiedad que nos puede paralizar. Es entonces cuando debemos actuar. Desde dentro. Desde el sagrado templo de nuestra conciencia. Donde tenemos nuestra herramienta más eficaz; la mente inteligente. La voluntad para actuar y tomar decisiones. La capacidad de cambiar nuestra situación por nosotros mismos. No esperar a alguien que venga a ayudarnos. No buscar culpables sino buscar soluciones. No hablar de problemas sino de retos. Una dificultad puede convertirse en una oportunidad si nos lo proponemos. Buscar nuevos caminos, alternativas, posibilidades. Superar las creencias limitantes, es decir, aquellas ideas que tenemos sobre nosotros mismos de que no somos capaces. Controlar tus emociones, superar las debilidades. Vencer al miedo, a la pereza, a dejarlo para mañana. El futuro empieza justo ahora. El presente es el único momento que el que podemos actuar. Enfocarse en un fin en mente. Poner creatividad a nuestra vida que nos de nuevas oportunidades. Abrir ventanas mentales y dejar que entre el aire. Poner ilusión y pasión. Nadie te va a regalar nada. Tienes que esforzarte, luchar y perseverar. Salir de tu estado de quietud. Superar la resistencia al cambio. Aventurarse a nuevas experiencias. Confiar en tu intuición y las señales. Creer en ti. No dejarse influir por lo que piensen los demás. Ser tú mismo. Utilizar tu libertad. Pensar, analizar e investigar. Todos tenemos uno don para progresar. Sácalo. Diseña un plan. Ponte unos objetivos y síguelos. Una actitud positiva con confianza puede mover montañas. Ya no tienes excusa. Es el momento de rebotar reforzado. Tu capacidad de resiliencia te hará más fuerte.