En los años noventa del siglo pasado empezó a desaparecer la llamada música occidental, que desde el siglo XVI venía dominando por completo el panorama musical internacional. Hace treinta años, con el rock desaparecido, sólo podíamos satisfacernos con algunas baladas y con el buen jazz que siempre ha creado occidente. Todo lo demás era de años anteriores. Pero ese jazz sólo se oía en los locales en directo, nadie compraba discos, la música pasó a ser escuchada en diferentes plataformas digitales. Nuestra industria musical murió víctima de internet, y ningún grupo musical está dispuesto a trabajar durante todo un año si su disco no va a ser vendido.
Hoy, en los años veinte del siglo XXI, Asia ha tomado la alternativa y se ha erigido en la zona del planeta más creativa musicalmente, más creativa, sí, como en tantas otras cosas. Asia, con Corea del sur a la cabeza con su KPOP, junto al JPOP, o Pop japonés, incluso China, dominan el panorama musical internacional actualmente.
Son muchas las Girlband coreanas que triunfan en el k-pop. La más famosas en este momento sin duda es BlackPink. Un grupo que obtuvo 86,3 millones de visualizaciones en la red con «How You Like That» en su primer día de lanzamiento.
Pero vamos al KPOP, o Pop surcoreano, que está triunfando en todo el planeta. Sólo algunos países europeos, como España, saben poco de este movimiento musical. Aquí en España estamos a años luz de mucho de lo bueno que se crea en nuestro mundo. Así, Corea del sur se ha erigido como la mayor y mejor industria musical del planeta. Cientos de grupos musicales, que cantan y bailan (y muy bien, además), sacan varios vídeos al año que triunfan en todas partes. Gustan porque son buenos, su calidad es excelente y no pasan seis meses sin que cada grupo saque a la luz un nuevo minidisco con seis canciones acompañados de sus coreografías. Pero los asiáticos no funcionan como nosotros, ellos sí compran los discos de sus compatriotas, unos discos que cuentan con un marketing excelente.
Hoy, Corea del sur está enseñando a occidente cómo se hace música, y cada día más. Allí exigen muchísimo a sus grupos musicales, los cuales lo dan todo por triunfar. Es realmente asombroso comprobar el enorme sacrificio que hacen los componentes de esos grupos musicales surcoreanos. Suelen vivir todos juntos durante todo el año y durante todos los años que dure el grupo, muchas veces con todos sus miembros durmiendo en la misma habitación, sobre colchonetas. Comen juntos, viven juntos y se sacrifican a diario dedicando muchas horas de ensayos para alcanzar un éxito que sólo una minoría consigue. Pero entre tanto sacrificio surge la calidad, y hoy día es normal ver a los grupos surcoreanos triunfar en Nueva York o en Los Ángeles. En París, en Londres, donde un público ávido de ver la calidad en el escenario aplaude a rabiar a dichos grupos masculinos y femeninos, pues aquí ambos sexos triunfan por igual.
Hasta su forma de vender sus discos es diferente. Mientras que aquí es raro que alguien compre un disco desde los años noventa, allí publicitan sus minidiscos utilizando todos los medios a su alcance e incluso creando nuevas formas de promoción. Usan constantemente internet, YouTube sobre todo, vídeos con entrevistas, sus ensayos… y por supuesto también para presentar sus nuevos discos. Unos discos que vienen aderezados con todo tipo de «merchandising», regalos como libros de los integrantes del grupo, gadgets relacionadas con el nuevo disco… Y su precio es asequible, no como aquí. Así, miles de discos son vendidos y las empresas que sostienen a dichos grupos adquieren el dinero necesario para la próxima producción.
BTS. Siete jóvenes coreanos, con millones de seguidores en todo el mundo, que baten récords en la industria musical
Y luego están los conciertos en directo. Sus instalaciones son realmente sorprendentes. Cuando ves un concierto de Black Pink, de GirlFriend, de Loveliz, de Twice, de BTS, de EXO, hasta de Apink, que ya tiene nueve años y va camino de los diez en el candelero, te quedas perplejo por la tecnología que ese público surcoreano y japonés pueden disfrutar, una tecnología muy superior a la que tenemos en occidente, pues hasta en eso nos estamos quedando atrasados.
Me encanta ver sus conciertos en directo como a millones de personas. Además de sus enormes pantallas, añaden todo tipo de mecanismos que se mueven por el escenario acompañando la puesta en escena de sus cantantes y bailarines. Sus escenarios superan con creces todo lo visto en occidente, lo que unido a estos súper profesionales, dan una clara imagen de la absoluta superioridad musical de oriente sobre occidente.
Y luego tenemos el carácter, la humildad y la educación de estos jóvenes que pueblan sus grupos musicales. Mientras que aquí no es difícil ver estrellas que insultan a sus fans, los desprecian y se alejan de estos, allí es justo lo contrario. Constantemente los surcoreanos realizan “fanmeetings”, donde se reúnen con sus seguidores, con quienes comparten su tiempo y les contestan a sus preguntas, les dan regalos de todo tipo (algo muy común es que los miembros del grupo les preparen comida, sí, los miembros del grupo, algo que obviamente subirán a la red). Ver a las integrantes de Black Pink, probablemente el grupo musical más famoso del mundo y con mayores beneficios económicos de todo el planeta, comportarse con una absoluta humildad frente a sus seguidores, además de una profunda envidia, suscita una enorme simpatía, respeto y admiración.
Una excelente industria musical gira en torno a todos los grupos coreanos y nipones, además de sus casi diarias publicaciones en YouTuve, donde les vemos reírse, charlar, participar en todo tipo de juegos… Aparecen en los numerosos programas musicales de las televisiones surcoreana y japonesa. Si, programas musicales inventados por estos asiáticos, programas novedosos y divertidos que cada semana inundan sus televisiones para que la gran audiencia con la que cuentan en todo el país pueda disfrutarlos.
Concierto de BTS en Brasil en su gira mundial “Love Yourself: Speak Yourself”
En cuanto a Japón y su JPOP, podemos decir algo parecido, con la diferencia de que los nipones siguen teniendo problemas con occidente a causa de su derrota en la Segunda Guerra Mundial. Ni en el mundo musulmán, ni en Rusia, ni en Japón, ni casi tampoco en China se publican vídeos en YouTube traducidos al español o al inglés, haciéndose imposible su comprensión para un occidental. Japón debería dar un paso adelante y traducir sus vídeos, como hacen los surcoreanos a casi todos los idiomas del mundo en la gran mayoría de sus publicaciones. Uno escucha música musulmana en internet, y me resulta más fácil encontrar un vídeo musulmán traducido al inglés o al español (los dos idiomas más importantes del planeta) que cuando veo vídeos nipones. Jamás he visto uno traducido y llevo años, incluso cuando protesto por escrito, me salen japoneses indignados gritándome que aprenda japonés y me deje de tonterías. Ya ves, así andan todavía. Una pena. Ojalá cambien de actitud, pues su música merece la pena verla, escucharla… y entenderla.
Pues el JPOP tiene muy buenos grupos, desde KissBee hasta Babymetal. Este último grupo es el que hace el mejor rock hoy en todo el mundo, con diferencia. Babymetal hace un rock duro sorprendente por su calidad, y su sala donde da la mayoría de conciertos es tan bella como novedosa. Este grupo actúa frente a miles de, extrañamente, japoneses gritones, bailones y absolutos seguidores de este rock heavy que ofrece este magnífico grupo. Sus tres bailarinas son ya historia de la música, pues además son las cantantes y el alma del grupo. Quizás algún día Japón salga de la IIGM y podamos saber lo que dicen sus grupos musicales. KissBee es un grupo al que tampoco dejan traducir sus vídeos, y es una pena, porque parece ser un grupo muy divertido, cuyas integrantes bailan muy bien, estilo japonés, eso sí, es decir, más desorganizado que el surcoreano.
Finalmente, te recomiendo que aproveches internet, en especial YouTube, la mejor discoteca del planeta, para escuchar música de cualquier parte, desde la musulmana hasta la rusa (puede que te sorprendas con ambas), y no digamos la china, la cual está creciendo muchísimo en los últimos años. La industria china copia a la surcoreana, como todos, incluidos los occidentales, es cierto, pero también tiene su propia personalidad y estoy seguro de que si te gustan la coreana o la nipona, la china también te gustará.
Aquí, en España, salvo algún tema en solitario, son contadas las ocasiones en las que se atraviesan nuestras fronteras. Una pena para quienes amamos la música.